- El VI Plan de Justicia Juvenil 2025-2029 consolidará los logros del plan anterior y establece un enfoque transversal que involucra a toda la sociedad y a las instituciones
La consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, ha presentado hoy en el Parlamento Vasco la evaluación del V Plan de Justicia Juvenil 2020-2024, que ha cumplido con su objetivo de asegurar la ejecución eficaz de las resoluciones judiciales, aplicando las medidas de manera proporcional y ajustada a las necesidades de cada menor. Además, ha adelantado las líneas maestras del VI Plan, destacando la apuesta del Ejecutivo por un modelo “garantista, restaurativo, educativo y profundamente humano”.
San José ha comparecido hoy a petición propia en la comisión de Justicia y Derechos Humanos de la cámara vasca para dar a conocer la evaluación del V Plan de Justicia Juvenil, un documento que analiza los cinco años de desarrollo del plan, así como para presentar las bases del VI Plan que se extenderá hasta 2029. Junto a ella, ha comparecido el director de Justicia, José María Bastos.
La consejera ha comenzado su intervención recordando que el V Plan se diseñó con un objetivo claro, “garantizar una justicia juvenil eficaz, preventiva y educativa, adaptada a la realidad individual de cada menor que entra en contacto con el sistema judicial”. Con este objetivo, durante el periodo evaluado, se registraron un total de 11.751 infracciones cometidas por menores, de las cuales 9.784 correspondieron a delitos —principalmente hurtos, lesiones y violencia doméstica y de género— y 1.967 a delitos leves. Por ello, se aplicaron 3.611 medidas, destacando la libertad vigilada, los internamientos y las prestaciones en beneficio de la comunidad, y se dictaron 2.738 sentencias condenatorias frente a 222 absolutorias. Estos datos reflejan, a su juicio, que el Plan “ha cumplido con su objetivo de asegurar la ejecución eficaz de las resoluciones judiciales, aplicando las medidas de manera proporcional y ajustada a las necesidades de cada menor.
El perfil de los menores infractores muestra que la mayoría son varones de 16 y 17 años, en su primer hecho delictivo, con predominio de menores nacidos en la Comunidad Autónoma Vasca, si bien la proporción de personas extranjeras alcanza el 28%. La mayoría comete una única infracción y recibe una sola medida, aunque un porcentaje significativo requiere varias intervenciones, lo que evidencia “la necesidad de respuestas adaptadas y flexibles”. La reincidencia se ha situado en el 11%, frente al 13% a la finalización del plan anterior. En el ámbito educativo, el V Plan de Justicia Juvenil ha contribuido a reducir el abandono escolar y aumentar la participación en la ESO y en Formación Profesional, fortaleciendo los factores de protección que facilitan la reinserción.
Importancia de la mediación
La evaluación muestra también, como ha subrayado San José, la importancia de la justicia restaurativa, con 2.470 mediaciones realizadas durante el periodo, de las cuales el 73% tuvieron un resultado positivo. Estas mediaciones han permitido “responsabilizar a los menores, favorecer la reparación del daño a las víctimas y reducir la reincidencia”, atendiendo a los factores individuales y familiares de cada caso. Se trata de un mecanismo que, lejos de ser “fácil”, exige compromiso y esfuerzo, reforzando la educación y la responsabilidad personal.
Entre los principales logros del V Plan destacan la eficacia en la ejecución de medidas, el aumento de mediaciones restaurativas, la mejora en la escolarización y formación profesional de los menores, la atención individualizada basada en criterios de proporcionalidad y excelencia educativa, y la formación continua de los profesionales, que garantiza calidad y coherencia en todas las intervenciones.
Al mismo tiempo, persisten desafíos importantes como el consumo problemático de sustancias, los problemas de salud mental, la falta de ocio estructurado y la precariedad familiar de algunos menores, lo que requiere mantener un enfoque integral que combine prevención, educación y acompañamiento social.
Nuevo plan quinquenal
A partir de esta evaluación, la titular de Justicia y Derechos Humanos ha presentado las líneas generales del VI Plan de Justicia Juvenil 2025-2029, diseñado para anticiparse a los retos emergentes en la delincuencia juvenil. El Plan responde a tendencias como el aumento de la demanda de medidas, un leve incremento en el número de chicas infractoras, la presencia significativa de menores extranjeros, la necesidad de fortalecer la intervención en medio abierto, el avance de los procesos de conciliación y reparación y la consolidación de la disminución de la reincidencia.
También contempla nuevos retos como la influencia de las tecnologías en la conducta delictiva, problemas de salud mental, situaciones de vulnerabilidad sociofamiliar y conductas delictivas relacionadas con la libertad sexual a edades tempranas.
El VI Plan se estructurará en cuatro líneas estratégicas: la Prevención, con especial atención a la detección temprana de factores de riesgo y al refuerzo de la justicia restaurativa; la Integración de políticas públicas, que implica la coordinación de Justicia, Educación, Salud, Bienestar, Vivienda, Seguridad y el tercer sector; la calidad en la intervención y programas basados en la evidencia, que incluye la revisión de protocolos, la adaptación a perfiles diversos y la formación especializada de los profesionales; y la Responsabilidad pública y modelo de gestión, que refuerza la ejecución de medidas, moderniza la gestión de datos y permite una intervención más rápida, eficaz y transparente.
Este Plan se integra en el Programa de Gobierno de la XIII Legislatura, especialmente en el eje dedicado a convivencia, memoria y derechos humanos, y se conecta con otros planes estratégicos como el Plan Estratégico de Justicia, el V Plan Joven, el Plan de Salud 2030, la Estrategia Vasca de Inmigración o la Estrategia 2030 para la Igualdad, mostrando la transversalidad de la justicia juvenil y su carácter de responsabilidad compartida por toda la sociedad.
San José ha destacado que este modelo propio de Euskadi es garantista, restaurativo, comunitario, especializado y humano, confiando en las capacidades de los jóvenes, promoviendo su reintegración y entendiendo cada intervención como una oportunidad para cambiar un itinerario vital. “Una infracción cometida por un menor dice más de la sociedad que del propio menor”, ha recordado, reforzando la visión de un sistema que actúa de manera “integral y no solo punitiva”.






